Historias del Barrio Alto de Almería. Los barrioalteros somos personas que nacimos y vivimos en el Barrio Alto de Almería. Historias, cuentos y crónicas.
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lunes, 18 de noviembre de 2024
Cuando llegaba la Navidad al Barrio Alto
viernes, 4 de octubre de 2024
Las grandes postales almerienses sin Barrio Alto
domingo, 25 de agosto de 2024
Psicología de la psicoanálisis deportiva profunda barrioaltera
domingo, 28 de julio de 2024
¿Por qué no fui futbolista de élite barrioaltero?.
Llevo toda la mañana calentándome los sesos para que escriba este artículo. Si no lo hago me va a torturar durante días hasta que lo haga o lo olvide. Por lo general los temas deportivos me apasionan. En los Juegos Olímpicos no estoy viendo el fútbol de hombres pero sigo un poquito el fútbol de mujeres.
Tengo pasión por el Judo, el ciclismo y el balonmano femenino. Este último por interés con un club de éxito de primera línea cuyas jugadoras están en la selección. Ya les conté de esto.
¿Por qué no fui futbolista de élite?. Cuando me fui del Barrio Alto, en la ciudad donde fui a vivir no se dieron las oportunidades. Más bien me las quitaban simplemente por no ser nativo.
En Málaga cerca de donde yo vivía estaban el Iberia y el Guimbarda. Estuve militando en el Iberia, pero no se engañen, nunca me hicieron una ficha ni oportunidades para seguir militando.
Una forma de expresar mi frustración es una historia que me pasó en la mili en el CIR de León. Fuimos a jugar al fútbol a un campo lejos, no recuerdo dónde. El teniente reclamó que dijéramos en qué puesto jugábamos y yo pues delantero centro.
Lo que pasó en el partido es que había un individuo de Madrid jugador de fútbol federado que acaparó el balón. Metió todos los goles y se aprovechó de mi colocación y mi saber hacer en el área rival para engañar a los defensas sin ceder nunca el balón más que cuando la tenía perdida.
Ahí el individuo sí me pasaba de tan mala manera que los defensas se me echaban encima y me robaban el balón sin ninguna oportunidad de disparo.
Al madrileño le pasaban el balón en nuestra área defensiva y progresaba regateando a todos hasta la delantera donde estaba yo.
Cuando no podía regatear le pasaba el balón a alguien y progresaba hacia adelante pidiendo que le devolviesen el balón de inmediato. Nunca me pasaban a mí aunque estuviese desmarcado. Se lo pasaban a él y así iba progresando por todo el campo.
Cuando me pasaba por no poder progresar, si no podía progresar yo, echaba el balón hacia atrás para no pasárselo y el individuo entraba en cólera.
Comprobé que este y otros estaban compinchados. Le devolvían el balón enseguida y nunca me lo devolvían a mí. Así que esperé a que se cansase.
Cuando se cansó estábamos siendo goleados porque el individuo no daba más de sí y le robaban el balón fácil. Durante la segunda parte del partido quería aprovecharse de mi posición para ser figura pero yo no le pasaba el balón.
Cuando el teniente vio que estábamos perdiendo por culpa del imbécil cortó el partido y volvimos a León.
Esto es lo que me pasaba en algunos clubes donde quise entrar por no ser nativo. Las opciones de ser jugador de élite fueron disminuyendo cada vez más hasta no quedar ni rastro. Muchos de los que se creyeron figuras regateando como les daba la gana, no llegaron más lejos que vivir como pardillos en equipos provinciales.
Como dije en otra ocasión, con trece años aproximadamente, monté mi propio equipo de fútbol. No teníamos dinero para más pero jugamos con todos los equipos de Málaga que nos retaran.
Ganamos todos por goleadas porque mis muchachos jugaban como yo quería que jugaran. Era para mí un orgullo tener jugadores catalogados como malísimos metiendo goles a mansalva, defendiendo nuestra área sin que ningún jugador catalogado como técnico o virtuoso se les subiese a las barbas.
El balón corría por el campo de fútbol como yo quería y ningún equipo tenía posibilidades para detener lo que le caía encima en forma de goles. Y eso que en mi equipo yo jugaba de libero.
Si no entiendes lo que es un delantero centro nunca entenderás de fútbol por mucho que lo mames.
Lo mismo que me ha pasado con el fútbol es una metáfora perfecta de lo que me ha pasado en la vida. Que en vez de preocuparme por eso, decidí vivirla a tope.
PD: "Nadie se quiso venir a vivir conmigo en mi tienda de campaña pero ahora me acosan para vivir conmigo en mi casa."
domingo, 7 de julio de 2024
El ADN de los habitantes del Barrio Alto de Almería
jueves, 6 de junio de 2024
Lo que puedo enseñar sobre entrenamiento de alta capacidad orgánica al fútbol del Barrio Alto de Almería
En todos los deportes de élite incluido el fútbol, si entrenas mal, se verá en la cancha o en el descampado. No se trata de entrenar más sino de entrenar bien.
Viendo la debacle de los equipos andaluces incluyendo al Almería, lo que tiene que hacer un equipo de fútbol es arrasar y agujerear la red del equipo rival. No valen cuentos ni filosofía barata. O arrasas o al carajo.
Ya le dije a unos amigos del barrio del paso de Pepe Mel por el Málaga CF. Fútbol de especulación al más alto nivel. Objetivo: salvar al Almería. Han logrado que el equipo baje a semi profesionales ya que segunda división es pasteleo.
Si un día voy a Almería y paso por el barrio, tendría mucho que enseñar sobre entrenamiento.
Muchos creen que sacándose la licenciatura o el carnet de entrenador van a barrer. Es como si te sacas el carnet de conducir y crees que vas a pilotar un Formula 1, hasta que la verdad te golpea en toda la cara.
Entiendo perfectamente que el Plus Ultra es un club de aficionados. Estará bien en la división comarcal que juega actualmente porque para acceder a primera división también se necesita mucho dinero.
viernes, 17 de mayo de 2024
Los murciélagos llenaban las calles al atardecer en el Barrio Alto de Almería
jueves, 22 de febrero de 2024
El Tao de la Cultura del Fútbol en el Barrio Alto
lunes, 5 de febrero de 2024
La panacea mental de mi abuelo Bernabé, que se apellidaba Sánchez
Os voy a contar lo de mi abuelo paterno, que se llamaba Bernabé pero su segundo apellido era Sánchez.
Apenas lo vi siendo niño, pero cuando nos visitaba reconocía enseguida y de lejos su voz machacona que tronaba sobre las voces de sus admiradoras con un retumbar único en mis oídos que me ha durado para siempre.
Vivió en varios sitios durante la década desde mi nacimiento. Llegaba en una furgoneta de línea privada que me han chivado que era Mercedes Benz usada para el transporte de nueve personas más equipaje y lo traían hasta la misma puerta de la casa de mi tía Pepa, que nosotros éramos vecinos pared con pared.
Creo que por aquella época vivía en Murtas o en algún pueblo de Almería. Enviudó de mi abuela Josefa en los años 50. No creo que se casara en segunda nupcias porque no vi ninguna abuela madrastra pero intuí que tuvo relaciones estrechas con otras señoras que no conocí.
Así que desde donde fuera que viniese la furgoneta cuadrada Mercedes Benz lo traía hasta la misma puerta de mi tía Pepa, su hija mayor, teniendo cuatro hijos, mi padre el tercero, mi tía Antonia la segunda y mi tía Kika la más pequeña.
A pesar de no haberlo conocido mucho, con los años me enteré de cosas, por ejemplo, la relación que existía con los Bernabé de mi familia materna.
Y mira por dónde el nombre de mi abuelo Bernabé paterno se lo puso el bisabuelo Bernabé materno, es decir, el abuelo de mi madre.
Parece ser que hubo unos años de hambruna y pobreza en Almería y tener un padrino en la familia fue un gran escape cuando no se tenía de nada y otros tenían para repartir. Aunque también pudo haber sido por otra cuestión que mi bisabuelo materno bautizara a mi abuelo paterno.
Así que el nombre Bernabé pasó de mi bisabuelo materno a mi abuelo paterno, y resulta que mi bisabuelo materno se llamó Bernabé, y su hijo, y su nieto, el hermano mayor de mi madre, se llamó Bernabé, y mi abuelo paterno se llamó Bernabé y mi padre se llamó Bernabé.
Mi vida se vio envuelta por el Bernabé paterno y el Bernabé materno hermano mayor de mi madre. Y solo conocí a mi abuelo Bernabé paterno que murió en la segunda mitad de los años 70 de viejo, y mi abuelo Bernabé materno murió por circunstancias como mi abuela paterna, a finales de los años 50.
O sea que yo sepa, contando los Bernabé de mi familia, soy Bernabé VI, alias Lin Ramírez Herrada Sánchez Zapata García Belmonte Ruíz Segura. 🌞Toma ya!.
Yo recuerdo que a mi abuelo Bernabé paterno lo operaron en el hospital al otro lado de la Rambla junto a la entonces Policía Armada y mi madre nos llevó a verlo.
Verlo postrado en aquella cama y oírlo con esa voz chillona, me puso muy triste. Que fuera una operación en el aparato reproductor y urinario lo oí en el cotilleo entre vecinas de la calle Martínez a pesar de mi hipoacusia severa sin que me lo contase nadie.
Una cosa que no me entra en la cabeza fue la panacea mental que sufrió mi abuelo. No sé si van a entender a lo que me refiero, ese estado de sentirse enamorado y poner cara bobo todo el santo día, pensando a todas horas en la misma persona que ha hipnotizado mis sensibilidades.
No lo supe hasta que me pasó una vez y después de sufrirlo no dejé que me ocurriera nunca más. Principalmente porque no era buena persona la que hipnotizó mis sensibilidades. Así que nunca más volví a caer en esa trampa ni en los encantamientos porque siempre saldría perdiendo.
No me gustó ser Bernabé VI. Preferí ser Lin a secas, y no he dejado que otras personas se adueñasen de mi vida, y menos aún las que vinieron dándome ultimátum. Ninguna que me haya hecho daño me ha pedido perdón pero yo he ido con todo por delante. Con mi vida y mis viajes por media Europa.
Por eso guardo este grato recuerdo de mi abuelo Bernabé paterno sentado en el salón de mi casa. Oyó a la vecina de la esquina hablar con otras vecinas en la calle y galante se levantó del sillón y salió pitando a la calle sin su bastón pero con su miopía atroz.
Con el cuerpo henchido de orgullo, machote todo nervios, bajaba para la plazoleta Hornero y en uno de esos huecos producto de las ruedas de las carretas, pisó en falso y fue a parar al suelo a peso muerto gracias a aquella panacea mental, con tan mala fortuna que se rompió los huesos del brazo que utilizó para protegerse, y lo tuvieron que llevar a la Cruz Roja o a la Casa Socorro. 🌞Qué sé yo!
Al otro día vino a mi casa desde la casa de mi tía Pepa y se sentó en el sillón del salón con el brazo escayolado. Entonces el salón se llenó de vecinas y llegué a pensar que mi abuelo era un verdadero conquistador con todas estas mujeres agasajándolo con café, pastelitos o alguna otra cosa que picar. A lo mejor hasta salió borracho con tanta copita de anís y coñac.
¡Menudo bribón!.
Cuando las cosas no iban bien en las familias del Barrio Alto de Almería
Tengo, como todos, recuerdos frustrantes de la niñez. Eso que los nuevos entendidos de la psicología aplicada llaman traumas. Todos hemos c...
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Esto lo escribí ayer en otro blog con otros objetivos. Pero hoy le doy una vuelta de tuerca para adaptarlo al gran interés futbolístico del ...
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No recuerdo cómo aprendí a jugar al fútbol. Me da la impresión que ya sabía jugar. Algún amigo de la infancia, seguramente mi amigo Antonio ...

