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viernes, 14 de julio de 2023

La increíble película de los cines de nuestra infancia. Barrio Alto de Almería.

He estado dos días pendiente del cine de verano que por alguna causa dejó grabada en mi mente unos pasajes de lo más extraño.

La primera vez y no recuerdo si fue la última que me llevaron a esa terraza de la Escuela de Formación donde vi una película de Cantinflas, un personaje desconocido que nunca había visto. 

Se trataba de un individuo que lo único que poseía era la ropa con la que vestía cosida a partir de retales. 

Era algún tipo de vividor con unos andares orgullosos que ganaban resonancia con su verborrea mundana, como si tuviera algún tipo de trastorno que muchos confundirían con el narcisismo, un trabalenguas tan largo e incompresible que era capaz de perderse en su propio cuento.

Tengo la extraña sensación que fue la primera vez que fui al cine. No recuerdo ningún otro cine anterior a este. Los que vivíamos en el entorno de la plaza Mula y la Plazoleta Hornero sabemos que nuestra terraza era la Oriente y nuestro cinema el Monumental.

En la terraza de verano estuvo también mi hermano Pepe, dos años más pequeño que yo. Mi hermano Paco supongo que no había nacido aún por lo creo que sería el año 1964 o puede que el verano de 1963. Quizás yo no había cumplido dos años y mi hermano Pepe aún estuviese por nacer.

El amigo Belmonte, tenaz, me ha demostrado que la terraza a la que me refiero estaba en el lateral de la Rambla, en el patio de la escuela Franco.

Me ha ocurrido lo mismo con el hecho de que padezca sordera. Alguien me metió en la cabeza que mi sordera fue causa de una neumonía y la posterior imposición masiva de antibióticos.

Algunos años he tenido que ir a que me limpiasen los oídos por el dolor que me producía la acumulación de cera dentro del tímpano. 

Por lo general siempre me lo limpió una auxiliar. Sin embargo hace un par de años fui remitido a la otorrino para la limpieza de mis oídos. Cuando le dije por qué tenía deficiencia auditiva, ella lo negó rotundamente. 

Dejo claro que lo mío es de nacimiento. Que la neumonía no provoca sordera y los antibióticos tampoco. Me acordé entonces de mi tía Pepa. La pobre padecía sordera también.

Con lo de la terraza del cine me ha ocurrido lo mismo. Alguien me hizo creer que la terraza de verano estuvo en calle San Juan Bosco junto a la Rambla. Y es que he leído que la terraza Eslava estaba por Regiones que fue donde trasladaron esta terraza de la Escuela de Formación.

Como dice Belmonte entre otras personas: 
"El cine fue en la Escuela de Formación, que pasabas por delante de la puerta siempre que ibas al centro de Almería tras pasar por los pisos de los pintores. La terraza del cine de verano estuvo en su patio, entrada por el lateral de la Rambla."

Otra cosa que se me quedó grabada de por vida fue la canción que se repetía una y otra vez previo a la película sonando por los grandes altavoces. Esa voz de mujer entonando una canción de una forma muy curiosa y asombrosa que Loli me ha aclarado que era Antoñita Rusel.

He leído que Antoñita Rusel grabó el tema en 1945 en pleno armisticio mundial.

La canción en un principio me parece compuesta para niños. Conforme se suceden las palabras habla de sueños de amor imposible y al final parece que va dirigida a una pareja extraviada en su perdición. 

Se repetía con insistencia lo de vivir en "una casita de papel" y hasta parecía bonito y agradable. 

El curioso inicio que le da Antoñita Rusel con una entrada de la orquesta, le sigue una especie de saludo antes de iniciar la lírica, dando la impresión de una opereta fantástica. 

La letra introduce las ganas de libertad en sus cuatro primeras frases donde deja claro que esconde un secreto. 

Las siguientes cuatro líneas parecen un correctivo y en la parte central insiste en busca de la felicidad pero la canción termina desvariando en un sueño imposible.

"Encima las montañas tengo un nido,
que nunca ha visto nadie cómo es.
Está tan cerca el cielo que parece
que ha sido construído dentro de él.

Encima las montañas viviremos
el día que tú aprendas a querer.
Y así podrás saber cómo es el cielo
viviendo en mi casita de papel.

¡Qué felices seremos los dos.
Y qué dulces los besos serán!.
Pasaremos la noche en la luna
viviendo en mi casita de papel.

¡Qué felices seremos los dos.
Y qué dulces los besos serán!.
Pasaremos la noche en la luna
viviendo en mi casita de papel.

Viviendo en mi casita de papel.
Viviendo en mi casita de papel.

Los autores de la canción son 
Mercedes Belenguer Machancoses y Francisco Codoã er Pascual.

Para quien quiera ver el vídeo de Antoñita Rusel y la orquesta Club Trébol en YouTube:


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