al son de las campanas,
el tesón de mi corazón,
hacia aquellas melancolías
y tristes añoranzas,
que hacían temblar
a aquellos otros corazones,
en las tertulias del atardecer,
sentados sobre sillas y taburetes,
sudándoles las frentes,
soñando con el mañana.
Y cuando sea mayor,
seré como ese alguien
con quien siempre sueño.
Y cuando sea mayor,
acompañado por esas
bellas mis mujeres,
viajero por el mundo
como rico mercader.
Suena la flauta triste,
sin nadie para consolarla,
solo ese muchacho insiste,
meciéndola, adorándola,
susurrando esa canción
de amor y de ternura,
frescos labios y hermosura,
sueños ansiados por esa
fina alma insegura.
Cómo sentir amor
sin tener su beso,
ver brillar su alma
sin tener su reflejo,
de su amor amado
en cualquier momento.
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