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sábado, 8 de noviembre de 2025

Las enfermedades mentales en el Barrio Alto de Almería

Hace pocos días leí el dictamen o sentencia de un experto psiquiatra de fama mundial:  "Las enfermedades mentales no existen".

No es raro que tengamos amigos habituales de los que ignoramos que tienen una enfermedad mental.

De hecho conviven con nosotros sin que sepamos realmente que estamos frente a lo que se catáloga como un enfermo mental.

Yo, personalmente, sin embargo, tengo una opinión evolutiva en la que incluyo sin tapujos a las personas tóxicas en ese grupo de gente que necesitan ayuda de la psiquiatría. 

Un día estando en un centro de salud mental como cuidador de mi madre, apareció una persona con la que tenía contacto diario entre risas, chistes con un trato de amistad excelente. 

La vida da lecciones y entiendo que la persona en cuestión era un paciente habitual que tenía que acudir al centro de salud como la mayoría de pacientes, cada dos o tres meses o tal vez seis meses, pero no fue la única persona conocida con la que coincidí en ese centro de salud mental.

Cualquiera de nosotros, niños del Barrio Alto, sabemos de las historias espeluznantes que nos contaban del antiguo manicomio de Almería, situado en la polvorienta carretera de Los Molinos. 

Indagando en internet he encontrado a  Sor Policarpa y su relación directa con el manicomio o centro de salud mental en Almería, pero también he encontrado a Sor Petra, que seguramente muchos habrán conocido.

Cuando entré a trabajar por las mañanas en la casa de una señora hindú en Torremolinos, encontré un cuadro muy grande y pesado, con una imagen de Buda muy rara hecha con un relieve cóncavo.

Con el tiempo supe que las imágenes cóncavas, los enfermos mentales la ven normal mientras los demás la ven cóncava. Pero y si son ciertas las palabras del inminente psiquiatra: "La enfermedad mental no existe".

Yo recuerdo personas del Barrio Alto que, observadas desde la distancia de más de sesenta años en el tiempo, verían las imágenes a la inversa que cualquiera de nosotros.

Uno de los problemas graves de quienes conviven con enfermos mentales, son los momentos en los que el enfermo sufre un ataque psicótico, que se ponga por ejemplo a ver fantasmas, generando en un estado de ansiedad que no tiene solución, que la única vía es sacar al enfermo de ese estado imposible.

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